Durante la primera etapa encontramos huertos y olivares, además de algunos castaños, chopos, durillos e hiedras. Según avanzamos vemos jaras, brezos, coscojas y alcornoques, situados en el margen del camino, ya que el resto del terreno está cubierto de olivares.
A medida que bajamos hacia el río Ibor tenemos más cerca espectaculares vistas de la Sierra de Viejas que refleja el relieve apalachense.
Llegamos a nuestro objetivo, la herrería, edificación que pertenece al conjunto minero del río Ibor. No se conoce su fecha de construcción, creyéndose que su origen pudo ser romano. El núcleo del complejo lo forma un alargado rectángulo sobre el que discurre el canal. En los costados tiene tres arcos muy próximos. Una buena parte del conjunto está bajo tierra. Fue construida con cantos rodados intercalados con pizarras.
En el entorno se encuentran numerosos restos de mineral pasado por la fragua, además de pequeños fragmentos de cerámica esparcidos por todo el terreno.
Recomendamos una vez allí, acercarse a la orilla del río para relajarse con el sonido del agua y tal vez con suerte escuchar y avistar algunas aves.
A nuestra vuelta, tomamos un desvío para acercarnos a ver el pozo y la mina de San Benito. Se encuentra vallado para proteger los murciélagos de herradura (animales protegidos) que se encuentran en su interior.
Retomamos el camino, y la vuelta nos resulta un poco más dura, puesto que hay que afrontar un leve ascenso. La ruta tiene una distancia total de 10 kilómetros.
A continuación os adjuntamos un plano del recorrido seguido.
A continuación os adjuntamos un plano del recorrido seguido.
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