miércoles, 21 de marzo de 2012

Ruta al Cancho de la Sábana ( Geositio nº 10 )


El pasado día 16 de marzo realizamos una ruta en las inmediaciones del término municipal de Berzocana. Visitamos tres cuevas, (la de los Morales, los Cabritos y La Sábana) en las que se podía apreciar pinturas rupestres, y para finalizar fuimos a el Salto del Moro.


En la primera cueva, la de los Morales, vimos la representación de unas pinturas rupestres, estas pinturas se aprecian mal debido al paso de los años. Después de ver dichas pinturas que estaban a la entrada, nos adentramos más en la cueva, el aspecto interior resulta sorprendente, parecido a un túnel por su forma estrecha y redondeada. Su entrada está a una altura de dos metros respecto al suelo.

 


Las pinturas rupestres se ven muy mal por los diferentes factores que la afectan, como la humedad, temperatura, etc. Éstas se pueden intuir observando cuidadosamente la pared derecha e izquierda, a unos centímetros de la entrada.
Las pinturas que observamos son: un manchón de color rojo, una barra y dos puntuaciones, un puñal, antropomorfo ancoriforme (pintura rupestre esquemática con forma humana y aspecto de ancla) y cuatro puntuaciones; tres de las cuales presentan una perfecta alineación vertical. El cuarto punto aparece, aislado, a unos centímetros más abajo.





Poco más tarde fuimos a la de Los Cabritos, que se encuentra en la misma cresta rocosa en la que localizamos la Cueva de Los Morales, a unos cien metros al sur. Esta cueva es de forma alargada, excavada paralelamente al estrato de cuarcita que la cubre, por lo que la entrada, orientada hacia el norte, no es visible hasta que no estuvimos junto a ella.

A un metro aproximado desde la entrada de la cueva, en su techo, pudimos encontrar fácilmente las pinturas, muy próximas entre ellas. Estas pinturas están bien conservadas aunque su forma nos resultó muy compleja, al no distinguir bien lo que era. La primera pintura que vimos, estaba compuesta por dos trazos verticales, en su parte mas alta, con bifucarciones en forma de “Y” . Desde su lado inferior arranca otra línea que acaba en una “ T” de formas curvadas.



Justo debajo, se sitúan dos figuras mas. A la izquierda, otro en forma de serpiente de más grosor que los anteriores. Su extremo superior parece deshacerse en un grupo de puntuaciones de pequeño tamaño. Y, en el lado derecho, una barra vertical de grosor irregular.

El conjunto de pinturas termina con una quinta figura, confusa por el deterioro que presenta en gran parte. Esta consideramos que era una representación animal dotada de cuatro patas, rabo en el lado izquierdo y posibles grandes orejas o cuernos.

Hay dos teorías sobre estas pinturas:
a) En la que se cree que podemos estar delante de figuras animales, en la que el único detalle reconocible son sus cornamentas.
b) La otra teoría es que este conjunto es la unión conyugal, y del hijo, como fruto de esa relación.



Al finalizar la visita, a la entrada hicimos una breve parada para comer y descansar.




Poco después seguimos nuestro camino, dirigiéndonos a la tercera y última cueva llamada, del Cancho de La Sábana.

Se encuentra en el extremo derecho de una gran grieta en horizontal en la base de la cresta de la Barrera de Las Sábanas. La cueva está orientada hacia el NW. Ésta hace, un recodo aprovechando un hueco profundo.
Todas las pinturas que pudimos ver están situadas en la pared derecha de la cueva (pared con una fuerte inclinación). A diferentes alturas se distribuyen sin orden las pinturas.

Las pinturas que pudimos apreciar son:
a) Está, la interpretamos como una figura humana con sus brazos y piernas totalmente extendidos y ligeramente arqueados hacia abajo. La prolongación superior del eje sería su cuello y cabeza, y en el extremo contrario el falo.
b) Las siguientes representaciones que vimos encierran una serie de trazos, mejor o peor conservados, que, a la vista de su deterioro, debieron formar parte de esquemas más complejos.
c) Otra, pudimos deducir que era un animal, formado mediante una gruesa barra horizontal (cuerpo) y finos apéndices perpendiculares (patas).
d) La siguiente, se compone de una barra doble cuyos extremos están orientados hacia abajo.
e) Está pintura perfectamente visible, pero confusa por el deterioro del lado izquierdo y del contorno general. Se compone de un grueso trazo diagonal, de cuya parte inferior arrancan dos finos trazos perpendiculares, pudiendo tratarse de otro animal semejante al mencionado anteriormente. Sobre él vimos una figura en forma de “T”, cuyo trazo horizontal, está curvado hacia abajo, estando más marcado que el vertical.
Una teoría dice de esta pintura, que quisieron representar una escena de equitación.
f)La pintura que vimos a continuación está en muy buen estado de conservación. Se compone de una barra horizontal de la que surgen tres prolongaciones en el lado inferior:
    -Dos rectas con cierta inclinación,
    -Otra que, haciendo una curva, parte del lado izquierdo tocando los extremos de los dos apéndices anteriores.
    Sobre esta pintura también se representa otra pintura con forma de “T”, que constituir, otra escena equitativa.
    g)Para finalizar, vimos las últimas pinturas, situadas en la entrada de la cueva, que están casi desaparecidas. Son todas ellas líneas curvas, de confuso contorno, similares entre sí, aunque su estado actual nos impidió interpretarlo bien.

También pudimos observar en esta cueva nada más entrar un encame que deducimos por el tamaño que era de tejón.

Para finalizar nuestra ruta nos dirigimos a la “Cabeza del Moro”. Para acceder al lugar fuimos por una senda que se estrechaba y se agrandaba por momentos; pero estaba en buenas condiciones y prácticamente llano, ¡menos mal! Después de haber estado toda la mañana andando entre piedras...¡Menudo alivio el andar por un “buen camino”!
La Cabeza del Moro es uno de los lugares más atractivos de Berzonaca entre otros. Es una piedra de gran magnitud que está colocada sobre otra y que recibe su nombre porque tiene los rasgos característicos de la cabeza de un musulmán si se la ve de lejos.




Poco después regresamos a nuestros respectivos vehículos y dirigirnos a nuestros hogares para disfrutar de un merecido descanso.






Ruta:







RUTA NACIMIENTO AL RÍO ALMONTE

El día 9 de marzo los alumnos de la Casa de Oficios La Unión III de Logrosán y Cañamero realizamos la ruta al geosítio Nacimiento del río Almonte (nº 11).
De Cañamero al punto de inicio de nuestra ruta nos trasladamos en coche, dejando estos al principio del camino (encementado) de las Acebadillas a 4 km de Navezuelas, ascendiendo hacia el Pico La  Villuerca.
A mitad de camino nos adentramos en el río para explorar su curso alto y poder contemplar su flora y fauna. Cuando avanzamos un poco nos encontramos con una caída de agua que nos llamó mucho la atención por su belleza. 


Debido a la dificultad del terreno que se encontraba a ambos lados del río decidimos volver al camino de las Acebadillas. 
En este caminos pasamos por una fuente (del mismo nombre que el camino) donde probamos su agua pura y fresca y vimos a la rana patilarga. 


Siguiendo dicho camino llegamos al nacimiento del río Almonte, que se encuentra en la ladera occidental del Pico La Villuerca, el pico más alto del Geoparque. Las aguas del Almonte surgen de una gran pedrera, un enorme cúmulo de bloques de cuarcitas sin cobertura vegetal. Las pedreras son grandes acumulaciones de piedras de diferente tamaño la cual se formaron en el período glaciar del cuaternario. Se forman debido a que penetra el agua por las grietas y el frío la congela convirtiéndola en hielo actuando como cuña rompiendo el cancho y creando numerosas piedras mas pequeñas, que con la fuerza de la gravedad caen ladera abajo. Esta gran acumulación de piedras favorecen la infiltración del agua a través de ellas. Este agua al encontrarse con suelo más impermeable por debajo de las piedras discurre bajo estas (sobre todo en zona de vaguada) originando los curiosos "rugideros" (sonido del agua bajo las piedras). Debido a este fenómeno de filtración de agua es común encontrar abundantes manantiales en la parte baja de las pedreras.


Allí pudimos escuchar su espectacular sonido del agua bajo las piedras y para nuestra sorpresa nos encontramos un icnofósil de crucianas.


La vuelta fue por el mismo camino sin desviarnos por ningún sendero hasta llegar a nuestro punto de salida, contemplando en el aire al buitre leonado y el águila perdicera